Amplia gama de soluciones para aprovechar el uso de combustibles renovables, con balance neutro en emisiones de CO2 a la atmósfera, y generadores de empleo local.
Las calderas de biomasa son aparatos que utilizan como combustible restos agrícolas y forestales (cáscaras, huesos de frutos, ramas, etc), o residuos de la industria (serrín) transformados, es decir productos totalmente renovables. Hay que destacar que en ningún caso se destruye riqueza forestal para su producción. Las más utilizadas son las calderas de pellets, las calderas de huesillo de aceituna triturado, calderas de pellets y leña combinadas, y las calderas de leña, siendo su uso más habitual es en viviendas unifamiliares.
La principal ventaja de este tipo de calderas es el ahorro de consumo, y la generación de empleo local que generan en el entorno geográfico cercano en la producción de las materias primas utilizadas para su funcionamiento.
Las calderas de biomasa, y en concreto las calderas de pellets, no han sufrido un aumento del precio de combustible en los últimos 10 años, y la perspectiva es que esta estabilidad se pueda mantener a largo plazo, por el gran potencial de producción existente en el país.